Informe de La Nación publicado el 28/08/09
Antes de aprender a leer y escribir, las nuevas generaciones utilizan la tecnología de manera innata; mirá el video
Sofía dio sus primeros pasos cuando trató de alcanzar el celular de su papá. Tenía 11 meses. A los tres años, aprendió a marcar sola el número de sus padres. A los cuatro, ya manejaba su cámara digital. Hoy, a los cinco, es una experta en encontrar juegos de niños en Internet.
Que un alto porcentaje de chicos nacen con la tecnología prácticamente incorporada en sus vidas es un hecho indiscutible, aunque todavía no deja de asombrar.
"Cuando compré la laptop, hace un año, me quedé impresionado por la rapidez con que mi hija aprendió a usarla, mucho más rápido que yo", cuenta Gastón Fuentes, padre de Sofía. "Incluso ya hablaba de mails, skype y you tube ".
Pero, ¿qué pasa cuando esta generación de baby google, que ya domina computadoras o celulares pero aún no sabe leer ni escribir, entra la escuela o incluso en el jardín? ¿Cómo se relacionan estos chicos con maestros que, tal vez, no manejan la tecnología con tanta naturalidad como ellos?
Especialistas en educación consultados por lanacion.com coincidieron en que el desafío es mejorar el proceso de enseñanza mediante el desarrollo de técnicas más modernas de aprendizaje, en las que las nuevas tecnologías pueden jugar un papel decisivo.
Para la educadora Paula Pogré, investigadora y docente de las universidades de General Sarmiento y Torcuato Di Tella, no hay elementos que indiquen que las nuevas herramientas puedan ser perjudiciales desde el punto de vista educativo. "Es algo más del mundo del que vienen los chicos y que ellos traen a la escuela, como traen sus juegos, su curiosidad, sus inquietudes", comentó.
A propósito de inquietudes, Soledad Ochoa, profesora de nivel inicial, compartió una anécdota de una alumna del jardín, que se sorprendió al ver un teléfono viejo, de disco y con cable. "¿Y este celular por qué no tiene botones?", preguntó desconcertada.
"A veces los maestros se sienten relegados porque los chicos tienen más acceso y dominan el uso de las computadoras, celulares y sofisticados instrumentos. No se quieren involucrar porque los chicos saben más", advirtió por su parte Micaela Manso, especialista en temas de educación y tecnología e investigadora de la Fundación Evolución, que promueve el uso educativo de las nuevas herramientas de la información.
Por el contrario, el licenciado Cristian Rizzi, asesor de Intel para programas de educación, desmitificó la creencia de que los alumnos están mejor preparados que los docentes para trabajar con los nuevos dispositivos en el aula. "Muchos chicos saben chatear, prender la máquina, mover archivos, pero conocen poco de aplicaciones educativas. Si bien están familiarizados, no necesariamente tienen una ventaja sobre cómo utilizar la computadora", explicó.
Rizzi admitió que es bueno que los chicos tengan acceso a la tecnología. Pero dijo que su aprovechamiento en la escuela "no tiene que ver con la predisposición de los chicos, sino con que los docentes sepan darle el uso que corresponde".
Sofía tiene otras ambiciones. Dominar la computadora es cosa de todos los días. Por eso, le dice a su mamá que su verdadero sueño es "aprender a leer y escribir como vos".
Sofía dio sus primeros pasos cuando trató de alcanzar el celular de su papá. Tenía 11 meses. A los tres años, aprendió a marcar sola el número de sus padres. A los cuatro, ya manejaba su cámara digital. Hoy, a los cinco, es una experta en encontrar juegos de niños en Internet.
Que un alto porcentaje de chicos nacen con la tecnología prácticamente incorporada en sus vidas es un hecho indiscutible, aunque todavía no deja de asombrar.
"Cuando compré la laptop, hace un año, me quedé impresionado por la rapidez con que mi hija aprendió a usarla, mucho más rápido que yo", cuenta Gastón Fuentes, padre de Sofía. "Incluso ya hablaba de mails, skype y you tube ".
Pero, ¿qué pasa cuando esta generación de baby google, que ya domina computadoras o celulares pero aún no sabe leer ni escribir, entra la escuela o incluso en el jardín? ¿Cómo se relacionan estos chicos con maestros que, tal vez, no manejan la tecnología con tanta naturalidad como ellos?
Especialistas en educación consultados por lanacion.com coincidieron en que el desafío es mejorar el proceso de enseñanza mediante el desarrollo de técnicas más modernas de aprendizaje, en las que las nuevas tecnologías pueden jugar un papel decisivo.
Para la educadora Paula Pogré, investigadora y docente de las universidades de General Sarmiento y Torcuato Di Tella, no hay elementos que indiquen que las nuevas herramientas puedan ser perjudiciales desde el punto de vista educativo. "Es algo más del mundo del que vienen los chicos y que ellos traen a la escuela, como traen sus juegos, su curiosidad, sus inquietudes", comentó.
A propósito de inquietudes, Soledad Ochoa, profesora de nivel inicial, compartió una anécdota de una alumna del jardín, que se sorprendió al ver un teléfono viejo, de disco y con cable. "¿Y este celular por qué no tiene botones?", preguntó desconcertada.
"A veces los maestros se sienten relegados porque los chicos tienen más acceso y dominan el uso de las computadoras, celulares y sofisticados instrumentos. No se quieren involucrar porque los chicos saben más", advirtió por su parte Micaela Manso, especialista en temas de educación y tecnología e investigadora de la Fundación Evolución, que promueve el uso educativo de las nuevas herramientas de la información.
Por el contrario, el licenciado Cristian Rizzi, asesor de Intel para programas de educación, desmitificó la creencia de que los alumnos están mejor preparados que los docentes para trabajar con los nuevos dispositivos en el aula. "Muchos chicos saben chatear, prender la máquina, mover archivos, pero conocen poco de aplicaciones educativas. Si bien están familiarizados, no necesariamente tienen una ventaja sobre cómo utilizar la computadora", explicó.
Rizzi admitió que es bueno que los chicos tengan acceso a la tecnología. Pero dijo que su aprovechamiento en la escuela "no tiene que ver con la predisposición de los chicos, sino con que los docentes sepan darle el uso que corresponde".
Sofía tiene otras ambiciones. Dominar la computadora es cosa de todos los días. Por eso, le dice a su mamá que su verdadero sueño es "aprender a leer y escribir como vos".
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